martes, 4 de diciembre de 2012

DON DE BILOCACIÓN

Para ir conociendo mejor las virtudes que adornaron el alma de la Beata Josefa María de santa Inés, iremos aportando escenas de su vida en los cuales se ejemplifican algunos de los dones sobrenaturales con que Dios la enriqueció. Hoy traemos el de la bilocación, en un fragmento que tomamos a la letra del autor P. Ángel Peña O.A.R., de su biografía de la Beata Inés titulada Viviendo con los ángeles. Vida de la Beata Inés de Benigànim (pág. 40):

 

 

“Es el don por el cual una persona puede estar en dos lugares al mismo tiempo. Algunos teólogos dicen que eso es imposible y que en uno de los lugares está con cuerpo aparente o un ángel toma su figura. Lo cierto es que su ángel custodio la llevaba a lugares distintos, incluso lejanos del convento, para ayudar a los necesitados o asistir a los agonizantes. En sus viajes de bilocación se transformaba a veces en pastorcito, anciano,  luz o peregrina para que no la reconociesen. Monseñor Antonio Ferrer, obispo de Segorbe y que un tiempo fue confesor de la Madre Inés, tuvo en una ocasión el atrevimiento de pasar el río de Algemesí, creyéndolo fácil y con poca agua. Pero ya dentro de él, se percató de que arrastraba mucha agua y pasó un momento de mucho peligro, creyendo perder la vida. Entonces se acordó de la promesa de la Madre Inés de llamarlo interiormente cuando tuviera alguna necesidad y salió libre de aquel peligro. Cuatro meses más tarde fue a visitarla al convento y ella le recordó el peligro pasado y las circunstancias del día, hora y lugar con los más menudos detalles que acompañaron el suceso.”

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